En este relato se hace una breve historiografía
de las piratas que azotaron los mares de todos los continentes. Algunas fueron llevadas
a la horca, otras lograron conquistar todo un imperio, en el caso de la pirata
Ching.
Para desmitificar la santa
sabiduría de Jorge Luis Borges, este relato se categoriza en el género de espada
y hechicería, género que elaboró el autor Robert E. Howard en sus infinitas
narraciones. Borges era un lector tanto de la tradición y de la modernidad. Por
lo tanto, es imposible que no llegara a sus manos una revista de los años 30 de
la Weird Fiction, donde se exponían diferentes géneros desde la magia y
hechicería hasta el género western y terror.
El relato como dije, hace una
breve historiografía de diferentes piratas; en primer lugar: Mary Read, quien
murió en la horca. Luego aparece el nombre que realmente existió, es decir, no
solo es una ficción de Borges, sino que en los anales de la historia aparece la
vida detallada de la pirata Anne Bonney, quien también murió en la horca al ser
capturada.
El relato se divide en dispersos
títulos que van enlazando las historias hasta llegar a la pirata Ching. Hay elementos
llamativos como el mismo reglamento de la pirata Ching en su comando:
Todos los bienes trasbordados de
naves enemigas pasarán a un depósito y serán registrados. Una quinta parte de
lo aportado por cada pirata le será entregada después; el resto quedará en el
depósito. La violación de esta ordenanza es la muerte.
¿Ficción especulativa? Por
supuesto, este reglamento no pudo llegar a las manos de Borges, él lo escribió
para recrear la sagacidad y el liderazgo de la pirata Ching. Es una invención
fantástica que Borges, además, de recrearlo es también un intertexto de muchas
lecturas de las revistas Weird Fiction. Como dije, la mayor inspiración para
este relato debe ser el autor norteamericano, y creador de Conan, Robert. E.
Howard.
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