En
primer lugar, Borges hace mención de un lugar llamado Lebtit, Ceuta o Jaén, donde
habitaban reyes. Se habla de un castillo en la ciudad. Lo importante de esta
ciudad son las compuertas. El autor señala que cada vez que un rey moría, este
nuevo rey agregaba una cerradura nueva a la puerta hasta que fueron veinticuatro las cerraduras.
La trama
se desarrolla a partir de un ser malvado que se adueñó del poder. Su principal
deseo era añadir una nueva cerradura, pero el visir y los emires le suplicaron que no hiciera tal cosa.
Lo ofrecieron riquezas de todo tipo (plata y oro). Pero el continuó con su plan
de la puerta. Adentro del castillo estaban figuras en madera. Esto le provocó
al nuevo rey malvado un espanto. Esa era la primera cámara, en le segunda
cámara se encontraba la mesa de Solimán, hijo de David. Y en la tercera
hallaron los libros. Aquí Borges, continúa con una ficción sobre los libros: uno era negro y enseñaba la virtudes de los
talismanes y de los días, así como la preparación de venenos y contravenenos;
otro era blanco y no se pudo descifrar su enseñanza, aunque la escritura era
clara.
Luego pasaron a la cuarta cámara donde encontraron un
mapamundi. En la quinta cámara encontraron un espejo de forma circular. Estaba hecho de diversos metales y el que se
miraba e su luna veía las caras de sus padres y de sus hijos, desde el primer
Adán hasta los que oirán la Trompeta.
La sexta cámara: estaba llena de elixir. Señala Borges. Y
luego la séptima, estaba vacía y era larga. En la pared final vieron grabada una inscripción terrible. El
rey la examinó y la comprendió, y decía de esta suerte “si alguna mano abre la
puerta de este castillo, los guerreros de carne que se parecen a los guerreros
de metal en la entrada se adueñarán del reino”.
Borges,
otra vez, recrea un mundo mágico, un mundo de fantasías árabes y castillos.
Todo esto aconteció en el año 89 de la Hégira. Vino otro rey y se apoderó de
todo.
El
relato es corto, pero con un mensaje crucial, es decir, un mensaje de magia
oscura y magia blanca. Como se ve, la magia oscura prevalece en un libro negro,
y el libro blanco es indescifrable. Este juego lingüístico de símbolos sobre la
dicotomía, también se presenta en los tipos de reyes. Los antiguos reyes
querían ocultar a toda costa lo que había en las cámaras por temor a la mala
suerte, y el usurpador hizo todo para descubrir lo que había dentro del
castillo.
Es un relato que muestra otra cultura, una distinta a los reyes europeos, pero al final, una historia que
se conjetura a partir de esa dicotomía del bien y del mal.
Comentarios
Publicar un comentario